diumenge, 25 d’octubre del 2009

De la dificultad de hablar y escribir


Cada vez cuesta más hablar y escribir. Al menos a mí. "Die abstrakten Worte zerfielen mir im Munde wie Modrige Pilze" decía hoffmanshal. Ciertamente; la escritura, el habla, la lengua, nada es capaz de alcanzar la realidad, la imagen del mundo, ni en su forma ni en su contenido ni en su estructura. Siempre se escapa, como por un colador como creo recordar que decía Cortázar.
En mi caso eso se debe a la interconexión, a la lógica luciferina que tiene todo lo que me envuelve de estar unido y vinculado de manera indisociablemente cosido por un hilo caótico pero necesario. Terriblemente necesario.
Ante ese mundo único y estrechamente unido es imposible intentar nada que suponga un proceso de disección, de análisis parcial, de estudio molecular o atómico. Es imposible. Cualquier intento de exponer un hecho cualquiera por insignificante, nimio, independiente que parezca pone en acción una cadena ineluctable e infinita de relaciones, de asociaciones, de elementos ajenos a los ojos del ingenuo, pero visibles y paralizantes a los del consciente; los del despierto.
El simple hecho de escribir una carta de presentación se convierte en una tarea infinita como la de Sísifo. Los estudios, los trabajos, las prácticas, todo necesita de una referencia mutua, no se puede separar, todo está cosido por mis días. Sin embargo el pensamiento fosilizante desea una ordenación, un antes y un después, sin referencias cruzadas, sin vueltas atrás, sin aclaraciones ni explicaciones.
Toda molécula refleja el resto del mundo. Sin embargo el pensamiento único está tapando la luz.
Ya no se trata sólo del sinsentido, de esperar a Godot o de Molloy o del Innombrable. Es eso, y luego un paso más: Que detrás de la nada, del vacío, de la oscuridad, del sinsentido, hay algo, un cristal invisible e inmaterial y duro y puro que lo mantiene todo dentro de su esfera, y que lo mantiene en la interrelación del Chaosmos (Chaos+Chosmos). Un conjunto infinito pero cerrado.

El cosquilleo de la vida que no se cansa de repetir Magris en su obra es ineluctable e inabarcable. No por ello es o hay caos, es el orden de la interconexión, de la monadología, de la telaraña.

Y con todo y con esto, sigo escribiendo y hablando... tal y como pese a todo y tods seguimos viviendo. No?

1 comentari:

Marta ha dit...

Peor que aplicaciones de trabajo son de visa, pero eso sólo lo sabe un colombiano ...